27/5/15

RELATO!

Te vi en el café tan misterioso, y tan seductor… y pensé que una chica como yo podría seducirte, pero al parecer todo sucedió de tu parte, te acercaste a ofrecerme una bebida y un cumplido que ya no recuerdo, tal vez una plática, y a dejarme deleitar de aquella colonia tan varonil tuya, como resistirme a ese olor y a esa sonrisa, te sentaste en mi mesa, y era inútil ocultar lo mucho que me gustabas, es obvio que lo notaste, no recuerdo la música, ni siquiera si pedí una cerveza o un café, solamente recuerdo que estaba plácidamente perdida en el sonido de esa voz tan seductora, y tu porte de macho, en tu cuello y en tu boca,  para mi grata sorpresa no era algo solo mío hay estabas tú, podía ver como mirabas mi boca cuando mordía ligeramente mi labio, y más aún como se perdían tus ojos a través del escote profundo de mi vestido negro, el tiempo fue transcurriendo, y era evidente tus ganas y las mías, sin embargo la tentación solo se dio entre risas, y miradas salimos y tomamos un taxi, aún allí no pasaba nada solo podías observar mis piernas mientras yo coqueteaba cuando te charlaba.
Sin decirnos mucho paramos cerca de un motel nada estrambótico, algo sobrio, y  después de atravesar la puerta del cuarto, nos deshicimos en ganas, entonces los besos turbios que no se dieron en el bar o en el taxi, se volvieron estremecedores,  seductores,  muy ardientes, recuerdo como los disfrutaba mientras tus manos se posaban en la parte baja de mi espalda, tus besos fueron recorriendo mi cuello, y mi piel empezaba a erizarse a sentirte más deseada, sentí tu lengua a través de mi escote y perdí la cabeza, colgaste mis piernas alrededor de tu cintura, mi vestido se encogía a través de mi torso, mientras sentía esas ganas que me tenías, era más que excitante,  luego te abalanzaste conmigo en la cama y empezaste a deshacerte de mi vestido negro que te estorbaba, yo de tu camisa, era tan delicioso sentirte Mientras bajabas mi vestido también te llevabas mi sostén y mis senos quedaban a tu disposición y vaya que sabias que hacer con ellos, seguiste besándolos, chupándolos, mientras yo más me excitaba, tus manos a través de mis piernas y yo pidiendo que llegaras al medio de ellas, pero tu tenías una propuesta mucho más directa terminaste de sacar mi vestido y enredaste tus dedos en mis bragas así que se fue todo a algún rincón de la habitación, al verme abriste mis piernas, he hiciste las maravillas que sabía que harías con tu lengua, te disfrute tanto, sentí como mi humedad se envolvía de tu saliva y simplemente intentaba levantar un poco para ver las maravillas que tanto hacías en mi parte baja, lubrique tanto mientras tanto  el cierre de tu pantalón se abría,  y cuando  sentías que mis ganas ya no te aguantaban, volviste a los besos a través de las piernas te levantaste sacaste la poca ropa que te faltaba, estabas tan excitado  y yo aún más, no pude ver tu gesto pero sé que te gusto el que me abalanzara sobre tu miembro con mi boca, era un miembro más grueso que largo, pero podía comerlo todo si lo quería, me gustaba tanto, me excitaba pensar que si te lo chupaba tan rico, me lo meterías igualmente, me dedique a tu pene, con mi lengua con mi boca, podía sentir como te estremecías como te gustaba, después de varios minutos, sentiste la necesidad de penetrarme así entonces me levantaste quede de rodillas sobre la cama, volviste a besar mi boca mientras una de tus manos jugaba de nuevo dentro de mí como lo hizo tu lengua, poco a poco te acercaste mientras me recosté en la cama sentí como tu pene entraba en mi vagina, cada vez más mojada, no me equivocaba ese porte de macho era por algo, como me hacías estremecerme y gritar en la cama, como me embestías con esas ganas, pero querías más de mí, aquel acercamiento de la charla en el bar, era la puerta al todo por el todo, entonces nuevamente levantaste mis piernas las abriste solo un poco, pero con un ángulo de inclinación un poco más alto, y de nuevo esa prodigiosa lengua tan conversadora, acaricio mi ano, sentí como lo mojabas lo humedecidas, como trabas de dilatarlo introduciendo la punta húmeda de tu lengua, mientras algunos de tus dedos pasaban por mi vagina para provocarme la estimulación más profunda, pero luego empezaron a entrar en el también, (no dejaba de pensar en tu boca cuando me hablabas en el bar y en lo que me hacías sentir ahora) podía sentir como tus dedos jugueteaban entre mis partes más ocultas, y me encantaba,  rápidamente mi ano dilataba y con esas ganas, me giraste suavemente estaba en cuatro, y esa posición simplemente me vuelve loca, olvido mis modales me enloquece, y sentí como tu virilidad fue ingresando por mi trasero, era una sensación tan deliciosa, al principio incomoda pero una vez estuvo dentro que hubiera querido que jamás lo sacaras, así nuevamente empezaste los movimientos de vaivenes y como te adentrabas en mí, no puedo describirlo mientras más fuerza tomabas, más me sometías y para mí eso era demasiado excitante halabas mi cabello y algunas cuantas nalgadas me sentí tan deseada no podía ocultar lo mucho que me gustaba, no me importaba lo que pensarás solo quería que me follarás de la manera más estremecedora, sentí la gloria de tu miembro dentro de mí, me agité mi respiración era mas descontrolada, sentí el corazón en mi boca, cuanto gusto sentía pero tus manos inquietas alcanzaron mi clítoris y así sin más sentí venirme mientras me lo hacías cuan húmeda estaba pero aún más excitada… no recuerdo la cantidad de orgasmos pero si lo intensos, como se contraía mi vagina y desahogaba liquido al sentirte dentro, como te robabas mis más desgarrados y profundos gemidos, como pude sentirme la mujer más deseada.... de ese encuentro recuerdo todo pero no recuerdo me hubieras dicho tu nombre.